domingo, 22 de junio de 2008

A los jovenes de ayer


A simple vista puedes ver como borrachos en la esquina de algún tango a los jóvenes de ayer. Empilchan bien, usan tupé, se besan todo el tiempo y lloran el pasado como vieja en matiné. Míralos, míralos, están tramando algo. Pícaros, pícaros, quizás pretenden el poder (oh...) Cuídalos, cuídalos, son como inofensivos. Dígalo, dígalo, son nuestros nuevos Dorian Gray. En un remise en SADAIC con sus bronceados de domingos familiares y sus caras de kermesse. Grandes valores del ayer serán los jóvenes de siempre, los eternos, los que salen por TV.

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